Preguntas que usted se hace sobre la ceguera

Gracias a los procesos de rehabilitación, que brindan independencia a las personas con limitaciones visuales, es cada vez más frecuente cruzarse en la calle o en otros lugares públicos con personas que portan un bastón blanco. Es muy posible que usted se haya cruzado con una persona ciega o con baja visión, o que haya charlado con una y que le hayan surgido una multiplicidad de preguntas que no se atrevió a realizar. He aquí una incompleta lista de las dudas más frecuentes sobre la discapacidad visual.

¿Cómo se define ceguera y baja visión?

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), ceguera es aquella visión menor de 20/400 o 0.05, considerando siempre el mejor ojo y con la mejor corrección. La baja visión es una visión insuficiente, aún con los mejores lentes correctivos, para realizar una tarea deseada. Desde el punto de vista funcional, pueden considerarse personas con baja visión aquellas que poseen un resto visual suficiente para ver la luz, orientarse por ella y emplearla con propósitos funcionales.

¿Cuáles son las Causas de la discapacidad visual?

Aunque la ceguera y la baja visión pueden ser provocadas por algún accidente, también existen numerosas enfermedades que las desencadenan: catarata, glaucoma, leucomas corneales, retinopatía diabética, retinopatía del prematuro, catarata y glaucoma congénitas, atrofia óptica, distrofia retinal y retinosis pigmentaria, entre otras. Existen diversas maneras de prevenir la discapacidad visual, como proteger la vista en profesiones que pueden generar enfermedades ocupacionales, atención adecuada del embarazo, detección y registro de deficiencias en los recién nacidos y el asesoramiento genético a las familias en los casos de enfermedades hereditarias. La consulta oftalmológica precoz cuando hay antecedentes en la familia también contribuye a la prevención.

¿Las personas ciegas son diferentes a las demás?

Por supuesto. La diversidad es una característica de los seres humanos a la que, obviamente, no escapan las personas con limitaciones visuales severas. En realidad, salvo que no puedan ver bien, no se diferencian en nada de las dificultades, sufrimientos y alegrías de cualquier otra persona.

No hay que perder de vista que la persona en situación de discapacidad visual es, ante todo, una persona, y que, por tanto, cada persona ciega o con baja visión es absolutamente diferente de otra, como lo puede ser usted de otra persona. Tener una deficiencia visual no hace que una persona sea mejor o peor que una persona que ve normalmente.

Probablemente, por causa de esta discapacidad, esa persona pueda tener dificultades para realizar algunas actividades y, por otro lado, podrá tener extrema habilidad para hacer otras cosas. Exactamente como todo el mundo. Valore la diferencia. Ella existe y es necesario aprovecharla para enriquecernos. No subestime las posibilidades, ni sobreestime las dificultades, y viceversa.

Una persona con discapacidad no es ni un ser de segundo orden ni un superhéroe, es simplemente una persona, con sus virtudes y defectos. No olvide que todos somos diferentes y que aun así podemos convivir y enriquecernos de esas diferencias.

¿Puede una persona ciega salir sola?

Una persona ciega o con baja visión puede alcanzar una gran independencia en su vida, una vez que haya completado un proceso de instrucción que lo capacita en técnicas para complementar su limitación visual. Así, una persona con discapacidad visual puede desplazarse por la calle utilizando un bastón que le brinda información del terreno en que se moviliza, llevar adelante una casa, cocinar, estudiar y trabajar gracias a las ayudas técnicas que afortunadamente siguen haciendo contribuciones para hacer menos invalidante la discapacidad. Una persona ciega o con baja visión puede desplazarse con total independencia por la ciudad, aunque necesitará su ayuda en situaciones puntuales, como cruzar una calle de gran tránsito o ser avisado cuando su ómnibus llegue a la parada.

¿Cómo ayudo a cruzar una calle a una persona ciega?

En muchas ocasiones ocurre que una persona ciega se encuentra parada en una esquina esperando recibir ayuda para cruzar una calle y que muchos le observan sin resolverse a prestarle auxilio por temor a hacerlo mal. Nadie nace sabiendo, así que es natural que no conozca la técnica de ayuda hasta que no lo haga. La propia persona ciega le informará acerca de la manera en que le resulta cómodo su auxilio. Ante todo, respete la libertad de la persona con limitantes visuales y pregunte si desea que lo ayude a cruzar.

Puede que esa persona tenga un remanente visual que le permita cruzar por sus medios o que se encuentre en una esquina esperando a alguien. Si la persona ciega acepta su ayuda, ofrézcale su codo y haga el cruce junto a ella. No suelte a la persona ciega en medio del cruce, ni lo empuje a la calle cuando se habilite el cruce, pues, cualquiera de las esas situaciones, generan mucha inseguridad en ella. Acompáñela en el cruce, adaptándose a la velocidad de paso de la persona guiada. No piense que por tener problemas visuales debe caminar lento o que debe caminar rápido, simplemente adáptese a cada persona a la que ayuda. Avise en el momento de subir o bajar el cordón.

¿Todos quienes llevan un bastón son ciegos?

Llevar bastón blanco, no siempre es sinónimo de ceguera. Algunas personas con baja visión deben usar bastón blanco porque tienen dificultades serias con su visión para desplazarse. En otros países se usa un bastón verde claro para distinguir la persona de baja visión de la ciega. En Uruguay también se usa el bastón verde claro, aunque su introducción es reciente. Si ve a alguien con un bastón de este color, debe saber que esa persona ve algunas cosas y otras no, y no es que esté fingiendo ser ciego.

Las personas con baja visión pueden ver que un ómnibus se acerca, pero no distinguir su número, o ver que se acerca una persona, pero no ver con claridad su rostro. Puede parecerle extraño que una misma persona lleve bastón y lentes. No obstante, el bastón simplemente complementa el remanente visual, que, aún aumentado por los lentes, no permite apreciar todas las imperfecciones y obstáculos del camino.

¿Qué es el braille?

El braille es el sistema universal de lectura para personas ciegas. Louis Braille (Coupvray, Francia, 1809 – París, 1852), perfeccionó un sistema de lectura y escritura para personas ciegas que había comenzado a trabajarse años antes. Dicho sistema consiste en diferentes combinaciones de puntos en el papel, que son reconocidas por el tacto. Una celda de braille consta de seis puntos en relieve perceptibles al tacto. De acuerdo con la posición y número de puntos existentes en esa celda, se formará una letra u otra. Al combinar los puntos en varias posiciones, se pueden formar 64 patrones diferentes. De esta manera, una persona ciega puede leer libros, etiquetar discos, tomar apuntes de una clase, etc. El braille puede escribirse con una regleta, con una máquina de escribir braille o, más recientemente, a través de impresoras braille que se conectan a computadoras comunes, y que, en lugar de imprimir en tinta, lo hacen en este sistema. Sepa más sobre el braille.

¿Cómo puedo ayudar a tomar un ómnibus a una persona ciega?

Las personas con limitaciones visuales pueden llegar con independencia a una parada de ómnibus, pero seguramente no sabrán cuál de los coches que se detienen es el que espera. Algunas personas que usan un bastón pueden llegar a ver que se acerca un ómnibus, pero no distinguir su número. Si ve a alguien de bastón blanco en la parada, acérquese y pregúntele qué línea espera. No es necesario que le relate a la persona el número de cada ómnibus que se detiene en la parada, bastará con que le indique cuando llegue el esperado por la persona ciega.

Es muy posible que su ómnibus llegue antes que el de la persona ciega. No se sienta culpable por tener que irse antes. Lo fundamental es que usted anuncie a la persona que se va, pues de lo contrario, ésta seguirá esperando que le avise sin saber que ya se ha ido. En cambio, si usted anuncia su partida, la persona ciega podrá pedirle a otra persona que le brinde ayuda.

¿Cómo ayudo a subir a un ómnibus o automóvil?

La desinformación lleva con frecuencia a que, en ocasión de tener que subir una persona con discapacidad visual a un transporte colectivo o a un taxi se congregue junto a él un grupo de personas que intentan ayudar y que terminan por hacer dificultosa una acción muy simple. Para ayudar a subir a un ómnibus, ofrezca su codo para guiar a la persona hasta la puerta del vehículo. Una vez allí, lleve la mano de la persona ciega al pasamanos, ya que esto le permitirá una mejor guía. Al subir o bajar juntos, el acompañante pasa siempre primero, pudiendo avisar si el escalón es alto o bajo. Cuando se trata de un automóvil, conduzca a la persona con limitaciones visuales entre el vehículo y la puerta abierta, colocando su mano en la parte superior de la misma; con la otra mano la persona podrá hacerse una idea de la altura del techo y de donde está el asiento.

Recuerde siempre que los grados de limitación visual son muy variables, y que algunas personas que usan bastón tienen un remanente visual que les permite encontrar estas puertas sin ayuda. Para evitar una situación incómoda, siempre es preferible preguntar si necesita ayuda para esa acción.

¿Cómo camino con una persona ciega?

Siempre ofrezca usted mismo el brazo. No tome a la persona con limitantes visuales del brazo para empujarle por delante de usted; es difícil guiarlo de este modo y además le generará inseguridad al guiado. La persona que guía siempre debe ir delante de manera que la persona ciega tenga tiempo de reaccionar frente a escalones u obstáculos que puedan surgir en el recorrido. Además, al ir tomado del brazo, se hace innecesario decir “a la derecha” o “a la izquierda” pues el propio guiado percibirá los giros de su cuerpo. Para entrar por una puerta angosta o cruzar por un paso estrecho, el acompañante debe ir siempre adelante.

Para indicar al guiado que no existe espacio suficiente para pasar los dos, lleve el brazo del que va tomada la persona ciega hacia atrás, ya que esta señal significa en la técnica de orientación y movilidad para la persona guiada que se coloque detrás del guía. De esa forma, ambos podrán pasar sin soltarse por un espacio cuyo ancho permite el paso de una sola persona. Cuando lleguen a un cordón, avise que se va a subir o bajar, pero no es necesario hacerle tocar a la persona ciega el obstáculo o escalón con el bastón para que este tenga una idea de este. Si deben subir una escalera, avise al guiado y suban sin soltarse. Puede preguntarle igualmente si prefiere soltarlo y tomarse del pasamanos; en este caso, coloque la mano de la persona sobre éste. Adviértale al llegar al final de la escalera y al comenzar el tramo siguiente. Si existe una posibilidad de elegir entre tomar una escalera común o una mecánica, es la persona con limitaciones visuales quien debe decidir.

¿Cómo indicar la posición de un objeto?

Usted puede ayudar a una persona ciega a encontrar un objeto en el espacio sin necesidad de llevarlo hasta él. En cualquier caso, nunca use expresiones como “ahí” o “detrás de aquella mesa”. Estas expresiones carecen de todo valor informativo para una persona que no puede ver su gesto o su dedo indicando. En cambio, sí puede ayudar que diga “un metro por detrás de ti” o “en la pared de la izquierda, cuatro pasos por delante, está la silla”. De todas maneras, si el acceso a un objeto es demasiado complicado, trate de ayudar a la persona ciega a llegar a él, para evitar un esfuerzo innecesario. Al servirle en la mesa puede decir: “El vaso está delante de ti, a la izquierda” o “hay un cenicero cerca de tu mano derecha”. Puede también dar un golpecito sobre el objeto en cuestión para que él pueda encontrarlo por el sonido. No deje de mencionar las diferentes cosas que pueda elegir, si hay varias. Luego, coloque la que él ha elegido en un lugar donde pueda tomarla fácilmente o póngasela en la mano.

¿Qué palabras debo evitar en las conversaciones con personas ciegas?

Ninguna. Es frecuente que muchas personas se sientan muy incómodas al conversar con una persona ciega pues están tratando permanentemente de evitar palabras como “ver”, “ciego” o “mirar”. En realidad, el uso de estas palabras para las personas con limitaciones visuales es tan frecuente como para cualquier otra y la mayoría de las personas ciegas dicen haber “visto” una película o un programa de televisión, aunque en rigor no lo hayan percibido visualmente. “Ver” algo no sólo puede ser tomado desde lo visual, sino también como haberse encontrado con alguien, haber percibido táctilmente un objeto o leído un libro, aunque no fuese con la vista, por ejemplo. Por lo tanto, no existen palabras que deban ser evitadas en la conversación con una persona ciega para no ofenderla. En general, resultan más hirientes las frases incompletas como “mi tía es como tú…” o “yo tenía un abuelo que tenía lo mismo…”.

¿Pueden escuchar mis comentarios?

No olvide que las personas ciegas tienen limitaciones visuales pero no auditivas, y que comentarios cuchicheados como: “Pobre, no sé cómo puede….”, “tan joven y mirá, pobre…”, generalmente son escuchadas por estas personas, y terminan siendo muy hirientes. Si usted siente que no podría superar una situación como la ceguera, el ver a una persona ciega no debería infundirle lástima sino admiración ante alguien que tiene una fortaleza que usted siente que no tendría.

¿Puedo hablarle directamente a una persona ciega?

Es muy frecuente, que, cuando una persona ciega va acompañada de una persona guía, los terceros (el mozo de un bar, un médico, el empleado de un comercio) le hablen al vidente refiriéndose a la persona ciega, como si ésta no estuviese allí. Así se pueden escuchar comentarios como: “no querrá sentarse?”, “qué va a llevar él?”. Es tan corriente, al dirigirse a una persona establecer el primer contacto con la mirada que, en ausencia de ella, alguien puede sentirse perdido y dirigirse al acompañante. No obstante, resulta muy desvalorizante manejar a una persona como a un objeto cuyo destino definen otros dos. Diríjase directamente a la persona ciega, ya que ésta puede escucharle y entenderle perfectamente. Además, es quien mejor sabrá qué desea hacer.

¿Cómo saludar?

El saludo no debe ser un momento estresante, pues resulta una acción tan natural como con alguien que ve normalmente. Si va a dar un beso, no se acerque intempestivamente y dé el beso sin anunciarse, pues puede sorprender a quien no lo ve. Hable antes de saludar, bien presentándose para que la persona con limitación visual lo ubique o diciendo “hola” o “buenas tardes”, si no se conocen, pudiendo asimismo presentarse. Luego de que le haya hablado, la persona ciega tendrá una pauta de dónde se encuentra y le será más fácil extenderle la mano o aproximársele si va a saludarle con un beso.

¿Cómo debo hablarle?

No evite hablar con personas con discapacidad visual, ya que no tiene diferencias con hablar con cualquier otra persona, cuidando algunas salvedades. Háblele de forma que no dude que se refiere a ella (usando su nombre o tocando levemente su brazo). Tenga en cuenta que la persona ciega espera siempre una respuesta hablada. Una sonrisa, por muy amable que sea, o un gesto con la cabeza son totalmente inútiles para quien no le ve. Nunca juegue a que le reconozca la voz, dígale quién es usted. Además, que una persona no pueda ver bien no significa que no escuche bien, por lo que no hay necesidad de hablarle gritando.

¿Debo describir todo?

Aunque las personas ciegas no vean su entorno, a menudo están muy informadas de los sitios en que se desplazan con frecuencia. Así, por ejemplo, saben en qué lugares existen comercios o dónde están haciendo una obra. Por ello, no se sienta obligado a describir todo el paisaje por dónde se desplaza guiando a una persona ciega, salvo que a usted mismo le llame la atención y desee comentarlo, como, por ejemplo: “pintaron la casa de la esquina de un naranja horrible”. O “abrieron un super nuevo en esta esquina”.

¿Cómo puedo ayudar en la convivencia?

El orden es una de las reglas básicas que se deben respetar si aspira a que la persona ciega conserve su independencia: cada objeto tiene su sitio determinado para que una persona que no ve bien pueda encontrarlo fácilmente y es preciso que lo pueda hallar donde se encuentra siempre. Si tomó usted un objeto, vuelva a colocarlo en el sitio en que estaba; si no recuerda dónde estaba, pregúnteselo a la persona ciega. Tenga cuidado con las puertas de las habitaciones y de los armarios; las puertas de las habitaciones y de la casa, deben quedar siempre cerradas o abiertas del todo para evitar que una persona con limitaciones visuales se golpee con la hoja entreabierta; las puertas de los armarios deben quedar siempre cerradas. No deje escobas, baldes, bicicletas, etc., en medio de los sitios por donde la persona con discapacidad visual tiene que pasar o avísele que estos objetos están allí.

¿Puede una persona que no ve leer un diario o un libro?

Como se señala en el apartado dedicado a la tecnología y la ceguera, los avances actuales en programas lectores o ampliadores de pantalla permiten que una persona ciega o con baja visión pueda manejar una computadora con total libertad instalando un software. Esto permite que una persona ciega pueda leer un libro sin necesidad de depender de otra que se lo lea, escaneándolo y leyéndolo luego en la computadora con el mencionado software. Algo similar ocurre con los diarios, que poseen una versión digital de su edición impresa en Internet. Una persona con limitaciones visuales puede hoy en día navegar por Internet y leer el diario que desea.

¿Debo probar de nuevo si fui rechazado por una persona ciega?

No se sienta ofendido si una persona ciega rechaza su ayuda. Puede ocurrir que posea un remanente visual que le permita realizar la acción que deseaba sin auxiliarlo o bien considerar que no necesita ayuda en ese momento. Asimismo, puede ocurrir que una persona ciega lo rechace violentamente. Esto no debe terminar haciendo que usted no deba ayudar a otras personas ciegas cuando vea que necesitan ayuda. Seguramente le habrá pasado que una persona sin problemas visuales le ha destratado sin razón. Sin embargo, eso no significa que usted no vuelva a hablarle nunca más a nadie. Lo mismo ocurre con las personas ciegas que, como todo el mundo, pueden tener días difíciles o caracteres irritables sin que ello signifique que la mayoría de ellas no agradezcan su ayuda.

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Ésta es una lista incompleta de dudas sobre las personas con discapacidad visual. Si usted tiene dudas no incluidas en este apartado, mándelas a través de un mensaje. Le contestaremos y publicaremos en este espacio su pregunta con su correspondiente respuesta. Escríbanos un mensaje.